Lucas 24:1-12 (RVR)
“El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. 2Y hallaron removida la piedra del sepulcro; 3y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
4Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; 5y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?
6No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, 7diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día. 8Entonces ellas se acordaron de sus palabras, 9y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás.
10Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles. 11Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían. 12Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido”.
Desde que Jesús murió dejó de ser el Domingo de Pascua y ahora es el Domingo de Resurrección para nosotros.
Los judíos celebraban con la cena del Señor el éxodo del pueblo de Israel de Egipto, por medio de su líder Moisés. Pero cuando Jesús celebra la última cena con sus discípulos, diciéndoles “este es mi cuerpo” y “esta es mi sangre”, y así le dio un nuevo sentido a la Cena, por eso es mucho mejor decir domingo de Resurrección que domingo de Pascua, porque la Pascua era celebrada por el sacrificio de un cordero, pero la resurrección la celebramos porque nuestro Redentor murió y vive hoy.
Jesús en la Resurrección le quitó el poder a la muerte, por eso para el cristiano la muerte es un incidente, no desolación. Jesús desmitificó la muerte, la desarmó. La muerte no es lo crítico, lo más crítico es pasar a la eternidad sin Cristo.
Romanos 14:8 (RVR)
“Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos”.
Jesús quitó el trauma de la muerte, la venció al resucitar. ¡Él vivo está! Muchos nos comparan a los cristianas con los testigos de Jehová, con los budistas, los mormones, entre otros porque todos tenemos templos, un libro que leemos y un líder. Eso es cierto, pero la gran diferencia es que nuestro líder está vivo y el de ellos no resucitó. Nadie ha muerto por los pecados de ningún hombre, sino solo Jesús. Solo Él vivió y proclamó por los pecados de los hombres.
Lastimosamente nos hemos acostumbrado a ver la resurrección como un evento, no como el proceso de una persona. Jesús dijo que Él era la resurrección y la vida, no dijo que Él iba a resucitar. Es decir, que la resurrección no es un evento, es una persona.
La resurrección y todos los relatos bíblicos han sido comprobados como existentes y reales por la ciencia y la historia. La Biblia es más segura que el periódico de mañana, sus hechos han sido históricas y arqueológicamente comprobados. La Biblia más que un cuento, es una historia verdadera, es la verdad de Dios para todos nosotros.
1 Corintios 15:3-8 (RVR)
“Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; 5y que apareció a Cefas, y después a los doce.
6Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 7Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 8y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí”.
Este pasaje es una de las tantas pruebas indiscutibles que demuestran que Jesús resucitó. Muchos decían que Jesús no había resucitado, que fueron sus discípulos quienes robaron su cuerpo. Pero, ¿cómo un cuerpo inerte iba a inspirar a esos mismos discípulos a ser mártires del Evangelio? ¿Cómo un cuerpo inerte iba a inspirar al más dudoso de todos, como Tomás, que pudo tocarle el hueco de su mano?
1 Corintios 15:14-20 (RVR)
“Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. 15Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. 16Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; 17y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados.
18Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. 19Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres. 20Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho”.
Hay dos hechos grandes en la resurrección: Primero, que Jesús es el primogénito entre los muertos, el primero en resucitar para ver la gloria de Dios y segundo, es el rapto de la Iglesia. Antes de que Jesús venga por segunda vez a la Tierra, Él va a raptar a Su Iglesia al sonar de las trompetas.
Entonces, ¿qué hacemos con el poder de la resurrección? ¿Será que es solo para la resurrección de Cristo y para la nuestra en el Rapto? Veamos qué dice la Biblia.
Romanos 6:3 (RVR)
“¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?”.
El bautismo en agua es la representación simbólica de la gracia redentora que ocurrió en la Cruz. Cuando somos sumergidos en agua, estamos identificándonos con la muerte de Jesús y estamos muriendo a todo nuestro yo, al ego, al mundo, al pecado, al orgullo. Y cuando somos levantados de las aguas esto es una representación de que nos identificamos con la resurrección de Jesús.
Romanos 6:4 (RVR)
“Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”.
La resurrección es algo en lo que tú andas, no algo que vas a experimentar, es un caminar con él en una nueva vida. Todos tenemos el poder de la resurrección presente 24 horas, porque Jesús nos levantó de los muertos. Por eso, Él levantará cualquier situación en ti que esté muerta y lo traerá a vida.
Dios levantó a Jesús de la muerte y lo trajo a vida para decirte que las cosas que hayan muerto en ti, ¡se van a levantar! El poder de la resurrección está para que andemos de día y de noche en él.
Romanos 8:11 (RVR)
“Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros”.
Tienes el poder de la resurrección en ti y ese poder es mayor que el poder que creó el mundo. El poder de la resurrección nos aviva día a día, porque el Espíritu Santo nos transforma a diario y nos levanta de toda tormenta.
Filipenses 3:10 (RVR)
“ …a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,…”.
Mi oración hoy es que conozcas el poder de la resurrección del Señor en tu vida. La Biblia dice “mayor es el que está en mí que el que está en el mundo”; activa el poder de la resurrección en ti todos los días de tu vida y resucita tu familia, tu economía, tus sueños, tu empresa, tus relaciones, tu cuerpo. Decide operar a partir de hoy en el poder de la resurrección todos los días de tu vida y que nada de destruya.