Malaquías 3:10-11 (RV60)
“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.”
Todos llegamos a un punto donde parece que alcanzamos nuestros límites, hasta donde la salud, las conexiones, las fuerzas, los estudios, entre otras cosas, nos alcanzan. Pensamos que es mejor acostumbrarse a las cosas, porque no van a cambiar. Pero cuando estás ahí tienes que entender que cuándo honras a Dios con tu dar, Él abrirá las ventanas de los cielos a tu favor y derramará bendición hasta que sobre y abunde.
Aunque hayas llegado a tus límites, al obstáculo más difícil en tu vida, Dios se encarga de hacer imposibles, Él nunca te deja solo. Por cuanto tú has honrado a Dios, estás bajo las ventanas de los cielos abiertas. Es decir, Dios promete llevarte favor, sanidad, promoción, liberación, porque eres un discípulo de Jesús, no eres un incrédulo. Los discípulos de Jesús tenemos una ventaja frente a los que no lo son: Que podemos vivir bajo las ventanas abiertas de los cielos.
No pienses que no tienes el talento suficiente, las conexiones suficientes o la experiencia Si vives pensando que tienes desventaja, eso es lo que vas a experimentar en tu vida. No estás bajo el mundo, estás bajo las ventanas de los cielos abiertas a tu favor. Tú vives tal cual como piensas y ese pensar genera tu creencia.
Malaquías 3:10
“nos enseña que si crees que estás lleno, prepárate porque no has visto nada. Si has experimentado lo bueno, agradable y perfecto de Dios, lo que viene va a sobrepasarlo. Tendrás tantas oportunidades que tendrás que decidir por la mejor, no darás a basto. ¡Las ventanas de los cielos se van a abrir!”
Hay varios instantes donde las ventanas de los cielos se abrieron. Otro instante lo vemos en Mateo 3:26, en Juan 1 cuando se le abrieron los cielos a Natanael por creer en Jesús, Hechos 7 se le abrieron a Esteban y en Hechos 10 a Pedro. Pero la primera vez que se mencionan las ventanas de los cielos abiertas es en Génesis, cuando en los días de Noé se abrieron las compuertas de los cielos y llegó el diluvio. Esta fue una situación negativa, pero nosotros tendremos un diluvio de bendiciones, de favor, de salud.
El diluvio te va a impulsar al próximo nivel, más rápido que antes. Diluviará bendiciones y lo negativo se ahogará en tu vida. En este tiempo verás cosas que no podrás explicar, viene un aumento generalizado de repente, porque la recompensa a todo lo que ustedes han entregado, viene recompensa de Dios mismo a tu vida y habrá abundancia. Este será el mejor tiempo de todos para tu vida. Por eso debemos hacer lo que dice Isaías 54: 2-3
Isaías 54: 2-3 (RV60)
“Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas”.
No buscarás oportunidades, estas comenzarán a buscarte a ti. Oportunidades vienen a ti, tú has estado desesperado tocando puertas para recibir oportunidades, pero ahora las oportunidades te buscarán a ti.
Sin embargo, para recibirlo tienes que hacer tu parte, debes cambiar tu actitud, tu temperamento, tu frustración y convertirlos en acción de gracias. No dejes que eso te robe la bendición, solo da gracias a Dios de ante mano. Debes recordar que la alabanza abre los cielos, este es el tiempo en el que más tienes que adorar a Dios, pero tienes que empezar ya.
No sé lo que has pasado o lo que estás pasando, pero adora a Dios en medio de toda circunstancia, porque esta parte fea de tu vida hoy será la mejor parte de tu testimonio mañana. En la misma temporada que el diablo te atacó, Dios te va a bendecir. El favor sabe dónde vives, espéralo porque tocará a tu puerta. Cuando Dios concede favor, nada detiene su bendición. Nada va a impedir las bendiciones de Dios para ti.
Malaquías 3:11 (NTV)
“Sus cosechas serán abundantes porque las protegeré de insectos y enfermedades. Las uvas no caerán de las vides antes de madurar —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales”
Los diezmadores son gente sana y próspera, porque la batalla es del Señor y Él reprenderá al devorador por nosotros. Él es nuestro vindicador, quien protege nuestra reputación. 2Crónicas 20:17 dice que estemos quietos y veamos la salvación de Jehová.
Éxodo 14:13 (RV60)
“Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis.”
Será más rápido de lo que piensas y vendrá mejor de lo que has pensado. No dejes que la duda llegue a ti. Eres un discípulo plantado en la casa de Jehová, por eso florecerás como la palma en primavera. No vivas más con temor, tienes un protector.
Dios ha reprendido al devorador por ti aunque no te des cuenta. Dios te ha librado de enfermedades y accidentes, cada vez que diezmas y ofrendas, Él reprende al devorador, no lo deja pasar a tu casa. Dios te va a librar, Él es tu protector.
Alaba a Dios, no solo por las bendiciones recibidas sino por todo lo malo que ha pasado a tu alrededor y no te ha tocado. Hay muchas cosas sucediendo alrededor, pero a quienes honran a Dios, Él los protege y cuida.
Génesis 1:1-3 (RV60)
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz”.
Dios dijo que se hiciera la luz, pero el Sol fue hecho en el cuarto día. Dios no necesita una fuente para bendecirte, Él es todo lo que necesitas. Dios sacó agua de una roca, embarazó a una mujer sin un hombre, ¡Él es nuestra fuente! Si Él creó la luz sin sol, hará por ti lo que tú necesites. ¡En Dios tienes todo!
Dios no necesita una fuente para bendecirte, Él es todo lo que tú necesitas. Por cuanto le has honrado, Él pondrá gente buena que te bendiga. La obediencia es un imán para las bendiciones.
Rut tiene una historia triste pero alegre. Triste porque le tocó estar detrás de los viñadores de Booz. Booz entendió que ella debía ser bendecida, así que dejaba manojos a propósito para que Rut los recogiera. A veces uno espera que el sol salga para que haya luz o que alguien nos ayude para tener una bendición. Pero solo necesitamos a Dios y a esos manojos que como Booz, Él deja en nuestro camino para bendecirnos.
También tenemos la historia del etíope y Felipe. Felipe se acercó al carruaje del etíope, le predicó el evangelio y lo bautizó en agua. El etíope nunca persiguió a Felipe, sino Felipe lo buscó para acercarlo a Dios. Así recibiremos nosotros la visita de personas que vendrán a bendecirnos.
Lucas 6:38 (RV60)
“Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.”
Hay un Felipe buscando por ti; el etíope venía de adorar en Jerusalén cuando Felipe lo encontró. Así que cuando salgas de la Iglesia de adorar a Dios, habrá un Felipe en tu camino, dispuesto por Dios para bendecirte. No pases la vida buscando por alguien que te bendiga, Dios es tu fuente.
1 Reyes 18:46 (NTV)
“Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.”
Cuando las ventanas de los cielos están abiertas a tu favor, Dios te da una fuerza extraordinaria, con la cual vas a sobrepasar los límites de lo normal. Hay un impulso de Dios que te acelera, que te catapulta y te hace llegar primero que los más fuertes. ¡La promoción es para ti! Viene una gran lluvia de bendición sobre tu vida, porque las ventanas de los cielos están abiertas a tu favor.
