Juan 10:10 (RV60)
10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Romanos dice que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. Dios nos quiere llevar a una vida en grande, Él no nos creó para llevar una vida mediocre, sino abundante. En cualquier condición que estemos, siempre hay una promesa en la Biblia para esa situación.
No te conformes con un seis en tu vida. Generalmente renunciamos a las cosas porque queremos un camino fácil, pero Dios tiene lo mejor para nosotros si nos esforzamos. Si quieres tener una vida en grande, debes cambiar tu manera de pensar.
Marcos 2:21-22 (RV60)
21 Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; de otra manera, el mismo remiendo nuevo tira de lo viejo, y se hace peor la rotura. 22 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar.
Hay cosas que Dios quiere hacer en nuestra vida, pero no estamos preparados para lo nuevo porque estamos aferrados a lo viejo. Dios no te dará nuevas ideas si tienes pensamientos viejos. Nuevas puertas se abren con llaves nuevas, no con llaves viejas. El problema no es que Dios no nos quiera dar cosas nuevas, sino que estamos viviendo en lo viejo.
Si te renuevas en su palabra y en tu manera de pensar, podrás ver grandes cosas. No puedes tener una vida nueva con pensamientos viejos. No puedes tener una vida de prosperidad con mentalidad de pobreza. Las cosas en la vida son como las vemos o percibimos, por eso muchos son pobres, no a causa del gobierno o la corrupción, sino de su propia mentalidad.
Hay dos luchas grandes que tiene el hombre: la provisión y la visión.
Génesis 26:1-4, 12 (RV60)
Después hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar. 2 Y se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré. 3 Habita como forastero en esta tierra, y estaré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. 4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente,
12 Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová.
Tienes que entender que Dios está contigo y hay promesas para sacarte adelante si eres obediente. Puedes progresar aún en las peores condiciones porque Dios está contigo. Si Dios te permitió nacer aquí, aquí te va a bendecir y prosperar.
Tu inseguridad hace que la identidad de otro sea orgullo. Cuando crees que Dios te ha bendecido y te ha dado todas las cosas, tendrás más confianza.
No le respondas a tu crítico, sino con tu éxito siléncialo. Nunca dejes de soñar porque a alguien no le gustó tu sueño; a José le pasó, sus hermanos tuvieron envidia de sus sueños y se burlaron de él, le costó estar en el pozo, acusaciones y calumnias, pero llegó. José no dejó de soñar cuando estaba en la cárcel, porque una cosa es el camino y otra es el destino.
La batalla más grande que todo ser humano debe ganar es la del contentamiento y la mediocridad, el enemigo y las personas no quieren que tengas más porque los dejas sin excusas. Quienes más elogian a las personas exitosas son aquellos que no lo conocen. El diablo y la gente no te dieran tanta batalla, si no hubiesen visto el propósito que Dios te dio.
La lucha por la visión la tuvo Bartimeo, quien era ciego, oyó que Jesús pasaba y no se quedó esperando que llegara a Él, sino que llamó su atención. Así debemos ser nosotros, no esperar que Dios nos toque, sino decir “yo te voy a tocar a ti”. Él gritó “Jesús, hijo de David, ten misericordia de mi” varias veces, quienes estaban cerca le mandaron a callar, porque cuando hacemos algo diferente somos una amenaza para quienes no hacen nada.
Jesús notó su fe y le mandó a llamar. Hay quienes nunca te va a validar hasta que la gente que ellos validan, lo hagan, solo entonces se unen al grupo. El mejor símbolo de lealtad es cuando la gente te defiende cuando no estás cerca.
La fe se oye y se ve, Jesús se volteó y sólo lo llamó a Él. Bartimeo antes de hablar con Jesús se diferenció del grupo y se desasoció de los fracasados, se quitó la capa de discapacitado antes de que Jesús le sanara. Bartimeo fue honesto, sencillo y directo con Jesús, la Biblia dice que quien pide recibe, por eso debemos pedir. Algunos se ofenden con las oraciones de otros, no creen que Dios pueda hacerlo. Jesús no solo sana, Él prospera.
Los celos y la envidia hacen que una persona diga las peores mentiras tuyas. Si quieres llegar lejos tienes que aguantar la crítica, la injuria, la calumnia y los enemigos;el éxito no es para débiles. Debes llegar a un punto en que nada de lo que diga la gente importe, tienes que llegar lejos sin importar las mentiras que dicen de ti. Esta iglesia ha llegado lejos porque escogió la productividad sobre la popularidad.
Dios te hará salir del fuego del horno tan intacto, que asustarás a quienes te metieron ahí. Lo bueno de la crítica y la calumnia, es que aunque te han averiguado todo, no tienen idea de quién eres y por qué Dios te usa tanto.
Cree por algo mejor, hay cosas en la vida por las que no tienes que llorar. No te preguntes por qué alguien te dejó, lo hicieron porque su corazón es sucio. No llores por los que salen de tu vida, agradece a Dios por los que se quedan. Intentaron acabar con tu nombre en privado, pero Dios te levantará en público.
Todos son tus amigos hasta que comienzas a destacarte, cuando creces dejan de apreciarte, son solo odres viejos que no soportan el vino nuevo. No dejes que el ambiente en el que creciste dicte la norma. Si tú le crees a Dios, Él hará grandes cosas en tu favor. Sube la escalera del éxito, Dios tiene grandes cosas, Jehová es tu pastor y nada te va a faltar, estarás encima y no debajo, no necesitas el permiso de nadie para conquistar, ¡hazlo!. Solo porque en tu familia nadie lo ha logrado, no quiere decir que tú no lo harás, tú eres el hacedor de historia de tu casa. Para triunfar debes entender que no dependes de la aprobación o el ánimo de otro, motívate a ti mismo y depende de la aprobación de Dios.
Romanos 3:3 (RV60)
¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios?
Si alguien no cree, no va a evitar que lo logres, nada va a anular lo que Dios tiene para tu vida. Dios te dio la promesa y el sueño a ti, no a ellos. ¡Avanza!
No todos tienen que estar de acuerdo y apoyarte. Dios desea llevarte a lugares que no imaginaste, amplios y espaciosos, deshazte del odre viejo. No hay nada que hagas o deshagas para que un crítico deje de hablar de ti, haz lo que tengas que hacer y vive feliz, vive para Dios y sé libre de la adicción a la aprobación de la gente.
Dios te va a bendecir, pero si no lo crees, no lo tendrás. Sube la escalera al éxito y toma tu bendición.
Que nadie te diga que no puedes, cree en los sueños, en las promesas, cree que con Dios todo lo puedes, que el cielo sea tu límite, ve más arriba, atrévete a soñar y vivir en grande. Levántate como Bartimeo y clama, marca la diferencia. Levántate como la mujer del flujo de sangre, ella soñó, sueña tú también. Dios no es egoísta, cuando cumplimos sus sueños, Él cumple los nuestros.
