Lucas 22:44 (RVR1960)
“Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”.
Adán perdió todo en un huerto, Jesús escogió un nuevo huerto: El Getsemaní, estando ahí Jesús oró. Cuando no sabes qué hacer lo mejor que puedes hacer es refugiarte en la oración. Toma tus decisiones basados en la Palabra y en la oración.
Mientras Jesús estaba en su momento crucial, empezó a sentir una gran agonía y de su frente empezaron a correr gotas de sudor con sangre, este un síntoma de un sufrimiento muy extremo.
Mateo 26:26-30 (RVR1960)
“Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos;
28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.
29 Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
Jesús anuncia la negación de Pedro
30 Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos”.
Trata de visualizar al desobediente Adán y al Obediente Jesús en el Getsemaní, obedecer es difícil, pero trae bendiciones.
El redentor sufrió por obediencia y todo por nosotros, para que nosotros no vivamos las consecuencias de lo que hizo Adán.
Hebreos 12:3-4 (RV60)
“Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
4 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado”
LUCAS 22:42 (RV60)
“diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.
Jesús quería tomar esa copa para que nosotros no lo hiciéramos. Cuando Jesús pronunció esa oración todo el reino celestial estaba expectante, porque si Jesús no bebía de la copa, nosotros no tendríamos redención.A pesar del sufrimiento Jesús decidió beber la copa y vivir ese sufrimiento por nosotros, jamás hizo lo que Él quería hacer sino la voluntad de Dios, este tipo de fidelidad no la vemos en muchas personas a veces ni en cristianos.
Génesis 3:19 (RVR1960)
“Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás”.
“Con el sudor de tu frente”, una es la sudoración por desobedecer y otra por obedecer, ¿cuál prefiere usted?
Tomar esa copa de la maldición era horrible, pero Jesús demostró fidelidad y obediencia, una sola gota de esa sangre es capaz de eliminar cualquier maldición generacional, porque la obediencia trae bendición. Jesús se hizo hombre y obedeció en todo a Su padre celestial, el diablo pensaba que Jesús no iba a aguantar, pero Él obedeció a Dios en todo, el mentiroso persiguió al dador de la verdad y no pudo con Él.
Gracias a la fidelidad de Jesús tenemos todas éstas bendiciones, ambos Adán y Jesús tuvieron que enfrentar la decisión de obedecer o no, pero tomaron decisiones opuestas:
Adán originó todo el pecado, Jesús redención
Adán fue conquistado por la serpiente, Jesús conquistó a la serpiente.
Adán maldijo a la tierra, Jesús la bendijo.
Adán comió fruto de la maldición, pero Jesús fruto de obediencia.
Adán decepcionó a Dios, pero Jesús trajo alegría al corazón de Dios.
Todas las maldiciones entraron al mundo por Adán, pero por Jesús fuimos redimidos y bendecidos con alegría y libertad. Por la sangre de Jesús fuimos redimidos de toda maldición y derrumbe mental, enfermedades crónicas o hereditarias. Los médicos preguntan tu historial y ya quieren decir que tú tienes esa misma enfermedad familiar, pero por Jesús somos redimidos de TODO, redimidos de la maldición de la ley.
Hemos vencido por la sangre del cordero y por la Palabra, rehúsese a aceptar enfermedades, declárese vencedor por la sangre del cordero. Usted es redimida de la esterilidad, de partos prematuros y de cualquier dolor, porque por la sangre es usted fértil, no habrá aborto espontáneo ni nada que lo interrumpa.
A veces a algunos cristianos les pasan cosas y no declaran la Palabra de Dios, pero recuerda que fuiste redimido por la sangre de Jesús de Nazaret que brotó de sus poros, de lo contrario nuestras vidas serían diferentes.
Los fracasos matrimoniales también son maldiciones generacionales, tenemos que reprender y aplicar la sangre de Jesús, también la insuficiencia financiera es una maldición, pero cuando usted reclama la sangre de Cristo todo esto cambia porque Dios te quiere libertar de estas maldiciones.
Deuteronomio 30:20 (RVR1960)
“Amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar”.
La infidelidad también es una maldición, es horrible ver a una mujer casada con alguien y que sea engañada, pero el enemigo sabe que las personas más allegadas a ti son las que te producirán más dolor y los utiliza para lastimarte.
Una traición es algo muy doloroso y que trae sufrimiento a las personas. Judas traicionó a Jesús y le causó un dolor grande, al igual que Él, hay personas a las que les das acceso para que comparten de tu éxito y Satanás entra en ellos y los hace engañarte.
Salmos 49:9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
“Para que viva en adelante para siempre, y nunca vea corrupción”.
Salmos 55:12 (RVR1960)
“Porque no me afrentó un enemigo, Lo cual habría soportado; Ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Porque me hubiera ocultado de él”
Cuidado con la gente cercana, que esto no te impida el discernimiento, “Los dientes que más muerden a la lengua son los que están cerca de ella”. Judas cambió la majestuosidad por las llamas del infierno, la traición te hace hijo de Satanás, cambió la vida por una soga, terminó colgado en un árbol. El tuvo todo para ser un líder de la época, pero en cambio pasó a ser una gran vergüenza.La traición nunca produce frutos de honra ni de dignidad, quien es traicionero en la Iglesia, casa o el trabajo, jamás produce frutos, de ese árbol no debes comer jamás.
Ese mismo dolor que sentiste cuando tu papá se fue o cuando un compañero te traicionó, Jesús lo experimentó Jesús en el huerto de El Getsemaní y por eso la sangre brotó de su frente, para sanar cualquier herida que está en ti.
Algunas personas te aman solo hasta que les sirves, su lealtad acaba cuando se les acaban los beneficios. Pero no te vengues de nadie, deja que Dios se encargue, Jesús nos perdonó a nosotros. Si no perdonas, no dejas ir aquello y estas obrando tal cual como el diablo quiere que obres, entrega tu causa a Dios que Él sostendrá. Mientras no perdones a quienes te lastimaron, estas permitiendo que esos frutos de odio sigan ahí. Tú lo puedes recordar, pero sin que te afecte, porque la falta de tu perdón hace que haya falta de perdón de Dios hacia ti.
Mateo 6:14 (RVR1960)
“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial”
Cuando todos esos resentimientos controlan tu vida no sanas. El perdón no es una emoción, es una determinación. No vas a sentir algo, toma la decisión de perdonar hoy mismo, a pesar de lo que sientas.
Hoy quiero dejar el remedio divino para la traición que te han hecho: La sangre de Jesús que derramó de su frente, Él fue entregado por Judas con un beso y fue dejado ahí para que con una sola gota de la sangre que derramó y su poder que es tan grande, desaparezca la amargura que hay en ti y te liberte de todo dolor.
Repitamos ésta oración:
“Padre aplico la sangre que brotó de la frente de Jesús, sangre que se mezcló con sudor, y declaro que la medición de la traición que me hicieron es absorbida y destruida en la cruz del calvario y creo que todo el dolor que trajo la infidelidad de esa persona, que toda tristeza y devastación que llegó a mi vida por causa de la traición hoy es absorbida por su preciosa sangre y por medio de su sangre viene la restauración a todas la áreas de mi vida, así que perdono a mi mamá, papá, líderes, primas, compañeros de trabajo en el nombre de Jesús. Esa sangre absorbió el veneno mortal del fruto de la traición y me declaro libre de resentimiento, se va la sed de venganza en el nombre de Jesús. Así como Jesús me perdonó todos mis pecados, asimismo perdono al que me traicionó en el nombre de Jesús”.
Recibe la sanidad física, la fortaleza en tu vida, la restauración de tus finanzas que no habían venido por la falta de perdón y los efectos de esa traición ya no existe, eres libre por la sangre del cordero.
La amargura y la envidia vienen de una persona que no logró nada y tú eres más que vencedor en Cristo Jesús.
Hagamos ésta declaración:
“Declaro que mi corazón es libre, que en mi vida y en la de mi familia no habrá quebrantamiento ni derrumbe mental, ni enfermedad crónica, yo la rechazo y la pisoteo con la sangre de Cristo. No habrá glaucoma, cáncer, quistes, demencia y reprendo todo problema de esterilidad, de partos prematuros, de sufrimiento menstrual, las reprendo y me cubro bajo la sangre de Jesús. Pisoteo todo fracaso matrimonial bajo la sangre, ni yo ni mis hijos se divorciarán, se casarán hasta que la muerte los separe, llegarán vírgenes al matrimonio, hasta aquí se acabó esa maldición. Reprendo todo improductividad, seré propietario, El Señor bendice mis manos y propiedades, reprendo, rechazo y pisoteo con la sangre de Jesús. Declaro que soy libre de accidentes, la sangre de Jesús cubre a mi familia. También declaro que todo espíritu de suicidio o muerte se va, todo en el nombre de Jesús y por el poder de la sangre de Cristo”