Daniel 3: 17 – 27 (RVR)
“17 He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. 18 Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. 19 Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado.
20 Y mandó a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo. 21 Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. 22 Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. 23 Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo.
24 Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. 25 Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.
26 Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. 27 Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían”.
La victoria que Dios te va a dar contra tus enemigos, contra tus detractores, tus críticos, las mentiros que te hacían daño, va a ser tan grande y va a demostrar que tenían muchas opiniones tuyas, pero ninguna resultó cierta.
En esta nueva temporada viene reivindicación para tu vida, en esta temporada al fin te vas a dar cuenta que tus enemigos nunca tuvieron poder para hacerte daño, es más ellos se hicieron daño ellos mismos.
En esta temporada prepárate, Dios te va a dar todo lo que tus enemigos dijeron que no podías tener. Prepárate porque vas a ganar en esta nueva temporada como si nunca hubieras perdido.
Dios les va a tapar la boca, Dios está colocando tus enemigos bien cerca, porque Dios los quiere en primera fila para que vean cómo te va a bendecir, Él adereza mesa delante de ti en presencia de tus angustiadores.
Dios los va a martirizar en esa silla de primera fila, se van a tener que aguantar cómo medio mundo habla bien de ti y te celebra.
Éste es el año que Dios te dice abriré puertas que nadie puede cerrar, las puertas que Dios va a abrir para tu vida son tan grandes y pesadas que ningún enemigo ni demonio puede cerrarlas.
Sólo la mano de Dios tiene tanto poder para abrir esa puerta. Muchos creen que le echaron crítica y sal, no te preocupes, toda esa gente en vez de podrirte con la sal te añadió más sabor, ahora tu vales más para Dios.
Dios te puso en el fuego porque sabía que tu unción podía soportarlo, Dios sabía que tu enemigo no puede soportar el fuego.
Dios sabía que la unción que está sobre tu vida y sobre tu familia es a prueba de fuego. Nabucodonosor puede subirle al fuego pero los que se van a quemar son los que te van a tirar, ni un cabello tuyo se va a quemar, ni siquiera vas a oler a humo.
Dile al diablo que te prenda todo el fuego, que Dios te cuida de las llamas, porque Él está contigo, Él no dejará que te quemes.
Dios lo hizo una vez y lo hará muchas veces más. Tú deberías hoy darte aplausos a ti mismo. Dios ha dejado que tus enemigos luchen, te critiquen , te roben y aun así sigues de pie.
La manera de Dios mostrarle a tus enemigos que está contigo es que el infierno se ensaña contra ti y tú sigues de pie como si nada.
En esta nueva temporada Dios dice que es tu turno, te toca a ti, cuando es tu turno no importa en qué parte de la fila estés. Dios te moverá al principio porque es tu turno.
Deléitate en Dios y Él te concederá las peticiones de tu corazón, Dios se va a encargar de ponerte arriba y le va a tapar la boca a muchos.
Si tu vida se sigue preocupando por lo que las demás personas piensan no es la tuya, sino de ellos. Que hablen todo lo que quieran, pero nosotros no vivimos lo que ellos dicen sino lo que Dios dice, ten tu propia vida, goza a tus hijos, sé feliz, no te cohíbas.
El diablo dice que nos va a echar otra tormenta encima, pero no puedes asustar a nadie con una tormenta cuando has sobrevivido a una.
La gente que te critica no son más que personas que están atacando un favor de Dios que tú tienes, que ellos no entienden. Cuando oigas un crítico hablar mal de ti en las redes sociales o donde sea imagínate un niño dando un berrinche diciendo ¿porqué él sí y yo no?.
Los rumores no son más que personas que atacan un nivel de favor en tu vida que ellos no tienen ni entienden. El perro le ladra a las ruedas del carro porque no entiende, ellos quieren ver a otro perro, piensan que la única manera de moverse es en cuatro patas, ante cualquier cosa que se mueve de manera diferente ladran. Tú no vas en cuatro patas, vas en cuatro llantas.
Los rumores es el deseo que tiene la gente de que lo malo que se dice sea verdad de ti, no les cabe en la cabeza ver el favor de Dios sobre tu vida.
Hay dos cosas que el enemigo jamás puede detener, el favor y la bendición de Dios sobre ti, no le tengas miedo, pasarás por el fuego y no te hará daño, por el agua y no te ahogarás. Que venga otra tormenta, ya Dios te sacó de una.
No importa cuánta gente se puso de acuerdo para que cayeras, el único voto que sirve es el de Dios y Él ha dicho que serás cabeza y no cola, estarás encima y no debajo.
A la gente de Dios las pruebas se las suben 7 veces porque te tienen miedo, porque ellos saben que el 1, 2 o 3 no te hace daño, ni el 5 ni el 6, el 7 demostró que tampoco.
Quiere decir que si el diablo trae una octava prueba tampoco, que siga contando porque no hay nadie que te pueda maldecir cuando ya Dios te bendijo con todo.
