Santiago 1: 2 – 4 (TLA)
“2 Hermanos en Cristo, ustedes deben sentirse muy felices cuando pasen por toda clase de
dificultades. 3 Así, cuando su confianza en Dios sea puesta a prueba, ustedes aprenderán a
soportar con más fuerza las dificultades. 4 Por lo tanto, deben resistir la prueba hasta el final, para
que sean mejores y puedan obedecer lo que se les ordene”.
Todos atravesamos por pruebas, desilusiones, contratiempos, reprocesos, a veces pareciera que
el dolor hace parte de la vida y es fácil cuando vienen las pruebas amargarse, desilusionarse, decir
la famosa frase ¿porqué me pasa a mí?, pero nunca debemos cuestionar a Dios, Él no tiene la
culpa de nada.
La gente dice ¿por qué las cosas malas le pasan a las personas buenas?, eso sucedió una sola
vez, a Jesús lo crucificaron, lo demás no somos tan buenos, por muy buenos que parezcamos.
A veces no entendemos qué es una prueba o circunstancia que Dios permite para fortalecernos. La
prueba nos forma carácter, nos hace ser más fuertes y soportar las dificultades.
Hay cosas que nos pasan que nos vienen es a fortalecer, a aumentar, a formar, a hacernos
mejores personas. Somos mejores personas cuando tenemos batallas.
La fe es para ganar batallas, sin batallas ¿cómo se prueba la fe?, de ninguna manera.
Santiago 1:3 -4 (TLA)
“3 Así, cuando su confianza en Dios sea puesta a prueba, ustedes aprenderán a soportar con más
fuerza las dificultades. 4 Por lo tanto, deben resistir la prueba hasta el final, para que sean mejores
y puedan obedecer lo que se les ordene”.
En la vida hay cosas que no tienen sentido pero Dios va a encargarse de que todo salga bien si tú
cooperas con Él, Dios nunca dijo que entendiéramos lo que pasaría, tampoco dijo que no
tendríamos problemas.
Jesús prometió que venceríamos al mundo, Dios prometió que todo obraría para bien. Ningún
obstáculo nos debe dejar igual, siempre que pasamos una prueba nos debe dejar mejor que antes.
La prueba nos deja mejor, entre más probados mejores. A veces nos pasan situaciones en la vida,
traición, una batalla legal, etc. Pero todo eso pasará, a toda tormenta se le acaba el agua, a toda
enfermedad se le acaba el dolor.
El sol siempre sale a las 6 A.M., todo va a pasar, la cosa es cómo tu terminas?, ¿amargado o
mejorado?, ¿derrotado o fortalecido?, ¿derrotado o reforzado?
Efesios 6:13 – 14 (RVR)
“13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo
acabado todo, estar firmes. 14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y
vestidos con la coraza de justicia”.
No es la prueba que pases, es cómo la terminas, cómo te dejó, nunca pases la prueba solamente,
crece con ella, sé una mejor persona, sé alguien con más fe.
Las dificultades son oportunidades para crecer y fortalecernos. Tal vez usted va a visitar a una
persona enferma y la ve fortalecida, eso lo fortalece a usted. La idea no es terminar débil ni amargado, pasa la prueba.
La Palabra dice “aunque ande en valle de sombra y de muerte”, el mismo Dios que te promete que
nada te faltará, te lleva por aguas de reposo y pastos delicados, es el mismo que va contigo en
valle de sombra y de muerte.
Cuando Jesús caminó en el agua en medio de la tormenta, estaba probando la fe de sus
discípulos. Con la prueba se gana fe, confianza y carácter.
Nosotros no somos de los que renuncian, los compromisos nos dan madurez, nos forman el
carácter, nos hacen de ser inmaduros a maduros, de niños fluctuantes a crecidos en el Señor.
No somos de los que retrocedemos, vamos para adelante. Si has pasado y sufrido tanto, pasaste
la prueba, ¿porqué vas a desperdiciar el dolor?.
La pesa crea resistencia y fortalece los músculos, la resistencia nos fortalece.
Los bebés hacen popó en cualquier lado, no les importa así haya gente, ya uno de grande se va a
un lugar a solas, cierra el baño y lo hace pero al niño no le importa dónde esté. Así hay líderes
también grandes y no han madurado.
Esa prueba no está para detenerte, está para promoverte, resaltarte, incrementarse para cosas
más grandes.
Dios controla hasta a satanás, cuando Job fue tentado le tuvo satanás que pedir permiso a Dios
para tentarlo. Dios no nos dejara ser tentados más de lo que podemos resistir.
Por eso usted no tiene fundamento bíblico para decidir que no resiste más, en vez de decirle a
Dios que no puedes más, más bien pregúntale cómo lo logras. Pues junto con la tentación Él da la
salida.
Si el diablo le pone fuego de prueba en su vida, el que tiene el termostato en las manos es Dios, Él
no va a dejar que usted se caliente más de lo que puede soportar, Dios lo va a librar de todo.
El diablo te ataca porque eres una bendición, ningún ladrón atraca un banco que tiene la bóveda
vacía, el tamaño de tu enemigo refleja el tamaño de la promesa.
Si te hubiese hecho daño la prueba, ya Dios la habría quitado o le hubiese bajado la intensidad.
Aunque andes en valle de sombra y de muerte Él estará contigo, las aguas no te ahogarán.
En el gimnasio te dicen que si no duele no sirve, esfuérzate. Si las cosas que te pasan hoy te
hubiesen pasado hace diez años te hubieses derrumbado pero ahora tienes más carácter y más fe.
Al que ama a Dios todas las cosas le ayudan a bien. Las dificultades hacen parte de la vida, en
esos tiempos duros es que te preparas, debes decir “todo lo puedo en Cristo Jesús que me
fortalece”. Hay un propósito detrás de cada cosa que atraviesas, Él sabe cómo hacerte crecer.
Dios no envía la adversidad pero se glorifica en ella, si pasas las cosas una vez más es porque no
las superaste, si quieres graduarte en la vida pasa el examen.
Hay momentos o situaciones en las cuales uno mismo se mete, malas relaciones, deja de invitar a
Dios a una relación de la cual Él te dijo que te alejaras, porque allí no hay prueba, hay
consecuencia.
Dios es rico en misericordia, nos da la gracia para salir de eso en arrepentimiento pero aprende la
lección. Las pruebas forman carácter, las embarradas aprendizajes.
Hay una lección después de cada frustración que cometiste, si comes mucho frito no te viene una
prueba, te viene el colesterol, aprende la lección de cada embarrada.
Dios es bueno, Dios cambia nuestros errores en bendición, cambia nuestros problemas en
testimonios, cambia nuestras metidas de patas en lecciones.
Olvida el pasado, pero cada pasado nos recuerda una lección que debemos aprender y no olvidar
jamás. ¿Qué aprendiste de la lección?, ¿qué te dejó?.
¿Te está trayendo dolor a ti mismo una relación que no debes contemplar?. Tienes que examinarlo
hoy si es una prueba o terquedad.
Experimentamos pruebas en medio de hacer la buena voluntad de Dios.
En la Biblia hay tres tormentas: 1. La de Jonás, estaba haciendo lo contrario a lo que Dios le dijo, lo
mandó a Nínive y se fue Tarsis, le vino una tormenta y lo echaron del barco.
2. La de Jesús: no hacía nada malo pero le vino una tormenta. En esta vida le llueve tanto a los
justos como a los injustos. Hay que tener fe, ir adelante, no claudicar.
Jesús estaba durmiendo, no iba a hacer nada, pero sus discípulos se preocuparon, Él se levantó,
calmó la tempestad.
3. La tormenta de Pablo: por desobediencia de otro, Pablo le dijo que no zarpara en el libro
de los Hechos.
De todas nos librará el Señor. Tanto sufrimiento para aprender lecciones, cuando uno escucha un
testimonio es para aprender a no hacer lo que ellos hicieron.
Desarrollas una mentalidad de víctima o de fe, si la empresa progresa tú debes aprender, ahora
todo es digital, si te niegas a cambiar te sacan.
Aprende de la prueba a ser más capacitado. De toda situación que te pasa aprende a sacar una
lección, a crecer y madurar.
Encontremos propósito en la prueba, además puedes ayudar y consolar a otros por lo que te ha
pasado.
La prueba en Cristo Jesús nos deja mejores, bendecidos, fortalecidos, con más fuerza. Si
cometiste un error aprende, pero si estás en una prueba de fe sácale provecho, ten por gozo que
vas a salir adelante.