Juan 12:3-6 (RV60)
3 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.
4 Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar:
5 ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?
6 Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.
- Judas nunca cambió a pesar de que Dios le advirtió en Juan 6 que uno de ellos era diablo. Él no se preocupó. Jesús quizás no sabía que Judas era, pero descubrió que él era por sus actitudes.
Judas vio todo lo que Jesús hizo, estuvo con Él todo el tiempo, pero no cambió, nunca permitió que su cercanía con Jesús lo cambiara. Judas tenía al mejor pastor, al mejor líder, al más sabio, al mejor amigo, y con todo, no cambió. El problema no es el líder de judas, sino su corazón. El problema no es a que iglesia vayas, sino tu actitud.
Si Dios te plantó en un lugar, no te vayas de ahí, no dejes tu lugar. Judas hizo lo que muchos líderes hacen, no dan frutos nunca y rechazan el cambio.
Tu fidelidad no es a un líder, sino a la autoridad que está sobre él.
- Judas quería darle algo a Jesús, pero no todo.
Cuando judas ve que le dan a Jesús y no a él, se pone mal. Judas no quería que todo fuera para Jesús, sino que a él le tocara algo; pero a Jesús se le da todo. Jesús se entregó 100% por nosotros, por eso nosotros debemos vivir por Él 100%.
La entrega parcial no funciona en la vida cristiana; así sucede en los matrimonios, nos entregamos completamente a la otra personas. Todo lo que tenemos le pertenece al Señor, hasta tu vida.
- Judas dijo que adorar y ofrendar era un desperdicio.
Adorar a Jesús no es un desperdicio, es la mejor ofrenda. Cuando tengamos una oportunidad de bendecir a Jesús, debemos hacerlo, nunca será un desperdicio.
- Judas sabía de Jesús, pero no le conocía.
La gente que no aplaude tus triunfos es de cuidado, son Judas. Hay quienes saben de Jesús, pero no le conocen, para ellos Jesús es solo una meditación, pero Él es mucho más que eso, Él es vida. A Jesús hay que honrarlo con todo.
- Judas nos enseñó que, una vez alcances a Jesús, nunca lo dejes ir.
Mateo 26:48-50 (RV60)
48 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle.
49 Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: !!Salve, Maestro! Y le besó.
50 Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron.
Cuando encuentres a Jesús, nunca lo dejes ir. No importa en qué condición estés, ve a Jesús y no lo sueltes; la religión te deja, pero Jesús nunca lo hará. Si has cometido pecado, ve a Jesús, él te va a ayudar y rescatar. El amor de Dios es más grande que cualquier circunstancia.
- Si no terminas tu asignación, alguien más lo hará
Cuando Judas vio la tortura que le hacían a Jesús, tiró las treinta monedas de plata al suelo y se ahorcó. Todo lo que aceptas para cambiar tu relación con Jesús, te termina matando.
No hay nada que este mundo te ofrezca, que sea mejor que servirle al Señor. Todo lo que intercambias e interrumpe tu relación con Jesús, te termina ahorcando.
Lo que tú no terminas, Dios levantará a otros para que lo terminen.
Dios no necesita de nosotros, nosotros necesitamos a Dios. No juegues con tu liderazgo, con tu familia, con tus relaciones.
Apocalipsis 3:11 (RV60)
11 He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
No te pierdas la bendición por treinta piezas de plata. No desprecies al más grande por algo temporal. No permitas que ninguna actitud te saque del propósito de Dios para tu vida.