Romanos 8:28-39 (RVR)
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.29Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
30Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.31¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
33¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
36Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. 37Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”.
Es parte de nuestro crecimiento y madurez. El Señor mismo dijo en el mundo tendréis aflicción, pero confiad que yo he vencido al mundo. Así que hay valles que vamos a tener que cruzar, desiertos que vamos a tener que atravesar, mares que vamos a tener que navegar en medio de olas y vientos fuertes. Por eso en el pueblo de dios existen dos clases de personas, y quiero que te identifiques con uno de estos:
El primer grupo de personas está conformado por aquellos que a pesar de que pasan por valles, desiertos, problemas, enfermedades, crisis familiares, en medio de todas esas dificultades sufren pero se levantan. Por eso dicen que son más que victoriosos. Pablo en Romanos por eso habla de situaciones difíciles y termina hablando de no temer a nada de lo que venga, porque en Él somos más que vencedores.
Hay personas en la Iglesia que vemos que sufren muchas dificultades, pero jamás los vemos derrotado; lloran pero jamás se quedan llorando, porque la noche no dura toda la vida. David dijo “en la noche vendrá el lloro, pero en el día llega la alegría”. Este grupo de personas es incomparable.
El segundo grupo son los que se derrumban y se dejan destruir por situaciones difíciles. Personas que comenzaron con entusiasmo la vida cristiana, pero cuando comienzan las pruebas desisten, no vuelven o están pero se quejan. Duran como el pueblo de Israel 40 años quejándose de todas las situaciones, derrumbándose, en angustia, en temor. En vez de decir aleluya, todo el tiempo dicen ay, ay, ay.
Es por esto que este mensaje se llama Resiliencia. Esta palabra Dios la puso en mi corazón y sé que te va a levantar, y va a traer cambios en tu vida para que los días que vienen sean los mejores que vivirás en la tierra. Por eso te digo que tomes esta palabra; este término lo escuchas mucho hoy en el mundo humanitario y no es algo nuevo para nosotros los cristianos.
El término quizás es nuevo, no lo encuentras en la Biblia pero a lo largo de las Escrituras encontrarás su esencia. La resiliencia viene de la capacidad que tiene un material de recuperar su estado normal cuando se le ha sometido a una grande presión. Un caucho es resiliente, por más que lo estiras, que lo presionas, siempre vuelve a su estado habitual. Tú y yo somos un caucho, sufrimos grandes presiones, pero no nos destruyen, volveremos a ser iguales porque en Cristo yo soy más que victorioso.